El archivo de la denuncia interpuesta por el citado empresario, llamado Juan Oliver Mateu, ya había sido decidido por el juzgado de instrucción número dos de Palma, donde se instruyeron las diligencias. Su titular, Juan Ignacio Lope Sole, estimó que no haba un ánimo injurioso o calumnioso en las afirmaciones de Juan Gómez Acebo. Oliver recurrió esta decisión, que fue confirmada finalmente por la Audiencia Provincial.

Los hechos denunciados se remontan a enero de 1.996. Juan Oliver Mateu, vecino de la casa de doña Pilar de Borbón en Porto Pi, en Palma de Mallorca, había iniciado diez años atrás un litigio judicial solicitando el derribo del inmueble por los perjuicios que le había causado su levantamiento. Finalmente, a principios del 96 se dictó la reslución judicial definitiva que obligaba a la demolición. En las fechas en que se ejecutó el derribo estuvieron en la casa el hijo de la infanta y su cuñado, Luis Fernández Sastrón.

Juan Gómez Acebo calificó entonces ante los medios informativos a Oliver Mateu de "chantajista", asegurando que "este señor sólo quería dinero". El hijo de la infanta afirmó que no sabía por qué Oliver "nos persigue de esta forma, a lo mejor es carlista o republicano".

Estas declaraciones motivaron la denuncia por injuias y calumnias del empresario inmobiliario. En declaraciones a Diario de Mallorca, Juan Oliver Mateu reconoció que mantuvo contactos extrajudiciales con los abogados de la infanta para tratar de alcanzar un acuerdo, pero nunca recibió una oferta económica en concreto.

La casa de doña Pilar de Borbón fue finalmente demolida en su totalidad.