"Es evidente que el Gobierno no ha ocultado ningún tipo de información", dijo Yuste a Radio Nacional. "El juez procedió a levantar el cadáver y a observar todos los detalles de cómo se encontraba esta persona (...) Las diligencias han de practicarse, por pura eficacia, con reserva y es al juez al que compete, si lo cree oportuno, difunir este tipo de datos (las circunstancias concretas de la muerte del recluso)".

A su juicio, hablar de ocultación de datos es "un ejercicio de irresponsabilidad", cuando el propio Ministerio del Interior informó en una nota de prensa en la noche del viernes sobre la muerte de Aranzamendi.

Yuste indicó que en la nota no se informaba de que el recluso ahorcado tenía las manos y los pies atados debido al secreto de la investigación judicial. "No parece razonable que las investigaciones judiciales sehagan en los medios de comunicación, sino que se hacen con peritos, a través de los procedimientos que un Estado de derecho se da para evitar que queden impunes determinados delitos, o cualquier delito, y para esclarecer las circunstancias de su comisión".

Al director general de Instituciones Penitenciarias no le cabe duda de que Aranzamendi se suicidó y explicó el hecho de que estuviera atado de pies y manos en el deseo del recluso de asegurar el suicidio. "La fórmula que utilizó esta persona es absoutamenre compatible con la autoinmovilización. Se descarta la participación en esa inmovilización de terceros", indicó.