Manuel Robles, que concursó en la clase 5 (graves afectaciones en las extremidades inferiores) contra el representante de Hong-Kong Kam Kwong, perdió su gran oportunidad en el primerset, en el que dominó gracias a su juego de apurados golpes largos.

Robles llegó al final de este primer partido en excelentes condiciones para ganar, con un Kwong que presentaba, tan sólo en apariencia, cierto síntomas de nerviosismo cuando el español se puso en franquicia, con 20-18. Pero Kwong consiguió hacer valer la posesión del servicio y llegó al empate a 20, que le dio alas para ganar por 24-22.

En el segundo partido, Robles evidenció ser más sensible a los errores que su contrincante, muho más confiado en sus propias posibilidades pese a la pérdida de puntos en smash claros.

Al final del segundo set, que terminó en 21-16, Robles, un hombre de gran experiencia -obtuvo un segundo puesto en los campeonatos de Europa de 1983-, declaró que el resultado obtenido no podía considerarse malo, con el tiempo escaso de entrenamiento de que ha dispuesto para afrontar la cita de los IX Juegos Paralímpicos.

El granadino se lamentó de la poca proyección exterior que se da al tenis de mesa españl, que no permite enfrentarse con plena seguridad a momentos decisivos en la alta competición.

En la otra semifinal con participación española, el tarraconense Enrique Agudo tuvo que arriesgar mucho para intentar batirse por la plata de la clase 10 (afectación en la extremidad superior que no utilizan para este deporte). Su rival, el alemán Michael Gerke, se limitó a asegurar sus golpes e intentar enviar a Agudo a las bandas.

Agudo no pudo dar plena efectividad a su golpe de derecha. "No me ha saido por los nervios", declaró al final del segundo y decisivo set, que terminó con un ajustado 22-20, después de que los riesgos asumidos en el primero hicieran perder a Agudo por 21-16.

Al final del partido, Agudo dijo que "no se puede hablar de falta de experiencia, porque mantengo un nivel competitivo durante todo el año".

Estudiante de Arquitectura, el tenis de mesa le sirve a Agudo principalmente de "evasión", aunque en su doble faceta de entrenador y jugador, este deporte le exige bastante e su tiempo. "Como beneficios", dijo, "están oportunidades como esta, de estar en un gran acontecimiento deportivo rodeado de un grupo de amigos".