En un comunicado difundido hoy, Aralar confía en que la propuesta que Ibarretxe planteará al próximo martes al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "sea sólo un primer paso en el proceso de clarificación y concreción que requiere la hoja de ruta" marcada en los llamados acuerdos de Loyola.

En cuanto al contenido, esta formación manifiesta su "sorpresa" ante un texto que "va más allá de un acuerdo de principios, que era lo que en un principio estaba diseñado", porque aborda "cuestiones políticas, no solo compromisos metodológicos, y creemos que eso es un error".

"La idea inicial que se lanzó en septiembre era que las dos instituciones suscribieran un compromiso de impulsar un proceso de negociación política entre los partidos vascos, sin exclusiones, y respetar lo que se decidiera en esa negociación", explica.

A su juicio, "las cuestiones políticas deben ser debatidas y acordadas entre los partidos políticos de cada ámbito de decisión y refrendadas después por la sociedad. Además, no compartimos la mención que se hace al órgano común permanente, como algo a acordar entre los presidentes de la CAV y el Gobierno central, sin ninguna participación navarra".

Aralar entiende que un acuerdo interinstitucional debe circunscribirse a los dos primeros puntos: "un acuerdo para impulsar un nuevo proceso de paz y una salida dialogada una vez que ETA anuncie su cese definitivo; y un acuerdo que plasme el compromiso de garantizar que la sociedad vasca pueda ejercer su derecho a decidir".

"Por tanto, un compromiso de impulsar una negociación política, sin exclusiones y compromiso expreso de que ambos respetaran lo acordado por las fuerzas políticas. Este debe ser, a nuestro entender, el núcleo duro del acuerdo entre instituciones", explica.

PREPARAR LA CONSULTA

La coalición considera que "hay que ir definiendo los pasos posteriores hacia la consulta, haya o no acuerdo. La sociedad esta confusa, le llegan mensajes contradictorios y es hora de que el lehendakari lidere, clarifique y movilice este proceso, en colaboración con los partidos, instituciones y movimientos sociales que defendemos el ejercicio del derecho a decidir".

Los pasos futuros han de empezar, opina, por definir cuál sería la pregunta de la consulta de octubre, que "debe ser una pregunta sobre la metodología, que sirva para dar arranque a un proceso de negociación política". Posteriormente, debe realizarse "una labor de pedagogía social para explicar, clarificar y concretar en qué consiste la propuesta".

Por último, "hay que movilizar a la sociedad a favor del ejercicio práctico del derecho a decidir y para ello es imprescindible articular un movimiento sociopolítico que aglutine a sectores sociales y políticos que están a favor de la consulta", un proceso que ha de liderar el lehendakari.