Los hechs ocurrieron sobre las nueve de la mañana, cuando Villarejo, en compañía de otro miembro del comité, realizaba una inspección en la citada línea, para comprobar si los conductores de tenían protección policial, reclamada en reiteradas ocasiones por los representantes de los trabajadores.

Villarejo explicó a Servimedia que dos jóvenes toxicómanos se subieron al vehículo en la parada de Villaverde Bajo y comenzaron a pedir dinero al resto de los viajeros.

El conductor del autobús les recriminó por u actitud y les pidió que dejasen de molestar a los ocupantes, a lo que los toxicómanos respondieron con insultos y agresiones.

Villarejo señaló que, posteriormente, él y sus compañeros les dijeron que se bajaran en la parada de La Celsa. "Los jóvenes se negaron", añadió, "por lo que les obligamos a descender y nos apeamos con ellos para protejer al conductor y a los viajeros".

PATADAS Y PUÑETAZOS

"Una vez en la calle", continuó Villarejo, "uno de ellos me clavó un punzón en el brazo varias vecs y me agredió con patadas y puñetazos en el costado y en la cara".

El herido, de carácter leve, fue atendido en la casa de Socorro de Vallecas Pueblo y posteriormente se dirigió a la comisaría de Entrevías, donde presentó una denuncia.

Según Pablo Rodríguez, líder de la Plataforma Sindical de la EMT, los trabajadores de esa la línea paralizaron el servicio durante toda la mañana, como protesta por este suceso.

Para el portavoz de los trabajadores, en ese trayecto son contínuos los incidente, porque, a partir de mediodía muchos toxicómanos acuden a La Celsa a comprar la droga.

Rodríguez aseguró que no se puede exigir a un trabajador que se juegue todos los días la vida, como sucede en la línea 130. "Si no quieren suprimir la línea ni la venta de drogas", dijo, "entonces, que tomen medidas de protección para este personal y para los viajeros".