Según subrayó hoy la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, "el rigor y la prudencia" han llevado al Ejecutivo a adoptar la decisión de no destinar agua para regadío.

"Hemos tenido en cuenta los intereses en juego y la prioridad de garantizar el suministro para abastecimiento humano", aseveró.

De la Vega explicó que las lluvias caídas en los últimos meses han sido "insuficientes" para compensar la situación en la que se encuentran los embalses. En este sentido, confirmó que ya se puede hablar de un segundo año de sequía, de la que sólo se salva, por el momento, la zona norte del país.

La vicepresidenta recordó los más de 400 millones de euros que el Gobierno ha destinado este año a obras de emergencia y otras medidas de gestión de agua para afrontar el año más seco del que se tienen registros.

Según subrayó, ello ha evitado las restricciones de agua para abastecimiento urbano en las ciudades españolas, un objetivo que seguirá siendo prioritario en el nuevo año.

Para lograrlo, añadió, el Gobierno seguirá actuando con la construcción de nuevas desaladoras, como las previstas en el Campo de Cartagena, o con la firma de nuevos convenios con las comunidades autónomas, como el previsto con Baleares para obras de conducción y otras actuaciones valoradas en más de 34 millones de euros.