Las aguas del río Segura, especialmente desde la zona de Contraparada hasta la desembocadura, están afectadas por una degradación de su calidad como consecuencia, fundamntalmente, de la incorporación al cauce de aguas residuales sin depurar o no convenientemente tratadas.

Los habitantes de los núcleos de población que atraviesa el río, especialmente los de la Vega Baja, sufren muy directamente las consecuencias del deterioro que padece el sistema.

La precaria situación hidrológica que impera este año en la cuenca del Segura, en la que las aportaciones a los embalses se han reducido a un cuarenta por ciento de la media, siendo uno de los años de menor aportación e la serie histórica conocida, motiva que los caudales circulantes por el río se hayan tenido que reducir a un mínimo, según acuerdo de la Comisión de Desembalse, del pasado día 22 de junio.

Ante esta situación, las instalaciones que se han ejecutado en el último año en las poblaciones de Orihuela y Rojales necesitan, con carácter de emergencia, una adecuación y acondicionamiento que les permita seguir con sus objetivos a pesar del escaso caudal circulante.