La reforma recoge la mayoría de las diez recomendaciones contenidas en el dictamen que aprobó la ponencia del Senado en septiembre de 1997.

A partir de ahora, el expediente del Bachillerato aportará un 60 por ciento a la calificación final y las pruebas de Seectividad un 40 por ciento, frente a la ponderación paritaria actual.

Padres y estudiantes consideran que esta mayor consideración del expediente académica hace a la Selectividad más justa. En cambio, los rectores han pedido en vano que no prosperara, porque temen que algunos institutos "inflarán" los expedientes de sus alumnos. También se quejan de que las universidades salen perjudicadas en su papel decisorio.

El ministro de Educación, Mariano Rajoy, aseguró que la reforma conlleva medidas de vgilancia para que los centros no hinchen las notas de sus estudiantes.

A su juicio, el mayor peso del Bachillerato no acarreará una merma en la calidad de la enseñanza posterior a la ESO. "Más que una amenaza, será un estímulo, porque se ponderará más la nota del Bachillerato y la gente se esforzará más", señaló.

"ORIENTADA A LA CARRERA"

La nueva Selectividad pretende ser una selectividad "orientada a la carrera". Por eso, serán más ponderadas las materias de las pruebas ligadas a la titulaciónpreferida por el alumno. De esta manera, las Matemáticas puntuarán más si el estudiante opta a una ingeniería y menos si se decide por una filología. Ahora, estas materias cuentan un 66 por ciento y con la reforma valdrán un 80 por ciento.

Al final, no ha sido incluida en la reforma la doble corrección generalizada para todos los alumnos, algo que estaba previsto en el dictamen del Senado. La doble y hasta triple corrección sólo será para los alumnos que lo pidan expresamente.

En este punto, los ectores han salido ganadores, ya que han sostenido que la doble corrección generalizada iba a ser una medida muy costosa. Los padres y los estudiantes han criticado la redacción final y la han atribuido a las presiones de las universidades.

A este respecto, Rajoy aseguró que tenían razón quienes defendían que no tenía mucho sentido "corregir miles de exámenes y luego hacer otra corrección de miles de exámenes porque sí".

En la reforma final, y después de un fuerte debate entre los distintos sectoes de la comunidad escolar, la nota mínima para aprobar la Selectividad seguirá siendo un 4, frente al 5 que pedían, por ejemplo, padres y universidades.

El ministro de Educación recordó que el Gobierno ha consultado con todos los órganos institucionales y asociaciones de sectores afectados por la reforma, y era lógico que los cambios introducidos no hayan cosechado un respaldo unánime.