La nueva entidad concentrará las activiades militares (llevadas a cabo hasta ahora por Bazán) y las civiles (que están a cargo de Astilleros de Cádiz, Juliana, Manises, Astano, Puerto Real, Sestao y Sevilla).

El nuevo grupo estará íntegramente participado por SEPI y se convertirá en el décimo de todo el mundo en el sector naval, con una plantilla de 11.173 empleados, 12 centros productivos y unos ingresos de 225.000 millones de pesetas. De esta cantidad, 163.000 millones proceden de las exportaciones.

Su cartera de pedidos asciende a 38.000 millones de pesetas, con más de la mitad de dicha carga de trabajo (356.000 millones, exactamente) conseguida este año. Según estas fuentes, los objetivos son alcanzar la rentabilidad, dar una respuesta a los retos del mercado mundial y acabar con periódicas aportaciones de capital del Estado al sector.

El sector ha afrontado desde 1984 cuatro planes de reconversión que ha supusto una permanente reducción de la capacidad de empleo que no han cambiado el signo de los resultados de estas empresas Desde 1987 arrastran unas pérdidas acumuladas de 587.000 millones de pesetas.

El Gobierno se propone aplicar un amplio plan industrial al nuevo grupo que se centre en aspectos tecnológicos, de ingeniería, productivos y comerciales. Incluirá inversiones diversas, la optimización de los recursos, la reducción de costes y la mejora de la ocupación mediante la disminución de la subactividad.

Estos planes lograrán, según las previsiones, una mejora de los resultados de explotación de 20.000 millones e pesetas. El Ejecutivo también pretende seguir adelante con el programa para externalizar los compromisos laborales adquiridos.