El estudio, que se ha prolongado durante 10 años, se centró en el rendimiento académico de un total de 25.000 escolares y constató que el aprendizaje de la música estaba muy vinculado a los buenos resultados en otras materias, como historia, matemáticas, literatura y geografía.

La música lograba también, en muchos de los casos estudiados, que los alumnos tuvieran menos tendencia a actitudes acistas y xenófobas, al igual que ocurría con los que estudiaban cualquier tipo de arte.

El estudio, dirigido por el profesor de la Universidad de California James Catterall, puso de relieve que la potenciación de las capacidades académicas mediante las artes no depende en ningún momento de la situación socioeconómica de las familias de los escolares, ni de otros factores externos.