La aportación del Estado a la Iglesia por ambos conceptos (asignación tributaria y presupuestos generales) aumentará el año que viene un 2,1 por ciento respecto a 1997, según confiró hoy Bernardo Herráez, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal.

Sin embargo, la aportación que procede de los presupuestos generales podría desaparecer a corto plazo si el Gobierno atiende la reclamación de los obispos de incrementar el porcentaje de la declaración de la renta que ahora destinan a la Iglesia los contribuyentes que quieren participar en su sostenimiento.

Según Bernardo Herráez, el Gobierno ha prometido a los prelados que la reforma del actual sistema dedeclaración estará ultimado el próximo mes de enero e incluirá las reclamaciones de la Conferencia Episcopal.

Si el Ejecutivo cumple su promesa, el porcentaje aumentaría del 0,52 por ciento a, probablemente, el 1 por ciento; las dos opciones actuales entre las que eligen los contribuyentes: Iglesia u otros fines sociales, se ubicarían en sitios distintos en el impreso, y la pregunta aparecería más destacada y visible en las hojas de la declaración.

El resto de ingresos que recibirá el presupuestode la Iglesia en 1998 procederán de las aportaciones de las propias diócesis y los remanentes de ejercicios anteriores, fundamentalmente.

La mayor parte del presupuesto que hoy aprobó la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, más de 19.000 millones, se redestribuirá entre las diócesis para que cubran los gastos de personas y aquellos que generen las actividades pastorales y los seminarios.

Las remuneraciones salariales de los obispos ascienden a casi 200 millones de pesetas, mientras que a Seguridad Social de los sacerdotes superá los 2.000 millones.

A la Santa Sede la Iglesia española destinará algo más de 15 millones el año que viene y a las Iglesias católicas del Tercer Mundo casi 115 millones de pesetas.