Los futbolistas que manifestaban niveles altos de ansiedad tenían 7,08 veces más de riesgo de lesión que los jugadores con niveles más bajos de ansiedad. Este porcentaje aumentaba 5,33 veces más el riesgo de lesión en aquellos que manejaban peor la presión deportiva.

Con esta premisa, dichos investigadores han puesto en marcha un proyecto para averiguar si, en sentido contrario, la disminución de estos factores de estrés reduce también el riesgo de lesiones deportivas.

Aurelio Olmedilla, coordinador del proyecto, explicó que"el objetivo es corroborar esta hipótesis para, más adelante, poder implicar a médicos y entrenadores para que trabajen en esa dirección y que haya un beneficio en los equipos".

Esta investigación ha sido una de las nueve seleccionadas por la Cátedra Real Madrid-Universidad Europea de Madrid en su I Convocatoria de Ayudas.