Pardo, que compareció hoy en la ponencia que estudia en el Senado los condicionamientos extrasanitarios de la Anorexia y la Bulimia, decidió abandonar voluntariamente el equipo nacional de gimnasia rítimca en 1996 -dos meses antes de los Juegos Olímpicos de Atlanta- como consecuencia del "régimen espartano" al que le sometía su entrenadora.

En declaraciones en el Senado, Pardo enjuició que "estamos llegando a unos límites exagerdos en el que las niñas cada vez están muchísimo más delgadas y se prefiere que salga una niña muy delgada a que se haga un ejercicio técnicamente bueno".

Aseguró que a ella "le exigían pesar unos 42 kilos" y explicó que "los entrenadores son los que prefieren que estés muy delgadita".

Pardo aclaró que nunca tuvo problemas de anorexia y bulimia, aunque admitió que llegó a obsesionarse con la alimentación, hasta el punto de que "piensas en el desayuno del día siguiente".

"Allí te pesan todas as mañanas aunque al final te ríes y te lo vas tomando como puedes", aunque puntualizó refiriéndose a su caso en concreto que "en el momento en que me cansé y dejé de disfrutar me fui a mi casa".

Por su parte, la presidenta de la asociación Aldakuntza -formada por médicos, dietistas, psicólogos y educadores sociales-, Nieves Gracia Martín, que también compareció hoy en la ponencia, rechazó hoy la información directa sobre el problema que representan ambas enfermedades.

Esta experta recordó que la campañas de prevención que se hacen en los colegios para informar a los adolescentes sobre la anorexia y la bulimia, sin que medien explicaciones más concienzudas por parte de profesionales en la materia, "no solo no ayudan sino que encima favorecen la aparición de nuevas enfermas".