Sin embargo, la magistrada acuerda absolverle del delito de desórdenes públicos del que se le acusaba inicialmente por no haberse podido acreditar durante el juicio que participara “en las algaradas” que se produjeron el día del partido que incluyeron quema de contenedores, instalación de barricadas y destrozos en el mobiliario público.

Según la sentencia, ha quedado probado que sobre las 22.00 horas del 18 de diciembre de 2019, el acusado se encontraba en la confluencia de las calles Travessera de Gràcia con Arístides Mallol de Barcelona, donde se desplegó el dispositivo policial con motivo del partido. Este acontecimiento fue aprovechado por la plataforma Tsunami Democràtic para convocar manifestaciones cerca del Camp Nou.

Con el partido ya terminado, un grupo de personas impidió el paso en la calzada y mantuvo inmovilizadas dos furgonetas de la Brigada Móvil (Brimo) de los Mossos. Los agentes se bajaron de los vehículos para abrirse paso, momento en que fueron increpados y les tiraron diversos objetos.

En ese marco, el condenado lanzó un objeto de plástico a los Mossos con el que no acertó, tras lo cual cargó contra uno de los agentes y le propinó “una fuerte patada en la zona lumbar", y otro agente que intentó impedirlo también recibió una patada por parte del acusado. Dos agentes que habían presenciado los hechos, siguieron al acusado y procedieron a su detención sobre las 23 horas, "encontrándole en el bolsillo de su cazadora una piedra roja tipo ladrillo".

Todos estos hechos se realizaron, según la magistrada, con evidente desprecio del principio de autoridad y con la “voluntad y conciencia de menospreciar y obstaculizar la actuación de los agentes de la autoridad”.