El Ayuntamiento de Huesca ha reaccionado con rapidez para intentar ahuyentar a las aves, que desde los primeros días de diciembre han inundado el municipio.

En las dependencias de la corporación municipal se han recibido innumerables quejas de los vecinos, que protestan ante las incómodas situaciones que provoca la presencia masiva de etos pájaros.

Los malos olores, ruidos "insoportables" y el importante poder corrosivo de los excrementos de los estorninos motivan la mayor parte de las denuncias, aunque algunos ven en las aves "una actitud amenazante" que les hace temer por la integridad de sus hijos, como si de la famosa película de Hitchcock se tratase.

Es la primera vez que los estorninos escogen Huesca como lugar de reposo en su huida de los fríos del norte. Aunque algunos aseguran que hay más de 50.000, resulta casi imposile aventurar una estimación aproximada.

Las autoridades municipales han decidido lanzar cohetes a baja altura en la zona de la ciudad donde se agrupa un mayor número de aves, el parque Miguel Servet.

ULTRASONIDOS PARA AHUYENTARLOS

Si bien la medida está dando los frutos apetecidos, en el supuesto de que los estorninos no abandonaran el lugar, el ayuntamiento tiene decidido utilizar ultrasonidos. Incluso han preparado un potente equipo de megafonía para reproducir los sonidos que emiten los halcnes, con el objetivo de intimidar a los pequeños estorninos.

De momento los ediles de Huesca ya han empezado a hacer cálculos para concretar cuánto puede costar limpiar el parque Miguel Servet, cubierto por una capa de excrementos cuyo grosor alcanza ya los cinco centímetros.

La imagen de la catedral de Huesca cubierta de estorninos ha cruzado el Atlántico y llegado a tierras americanas. Hace unos días, el periódico canadiense "The globe and mail" publicaba en portada una curiosa fotografía del mnumento aragonés.