Pedro J. Ramírez, director de El Mundo y personaje del libro, negó que él sea el tercer hombre y la pesadilla de F.G., ya que la pesadilla de Felipe González, en su opinión, deben ser el Congreso y los tribunales de justicia. Añadió que el tercer hombre en la vida política española "es Julio Anguita, aunque a éste le gustaría ser el segundo".

El director de El Mundo afirmó sentirse decepcionado por lo ocurrido en la vida políica en el último año, ya que él pensó que habría un rápido trámite de las depuraciones por los escándalos, y en ese sentido consideró "un tanto deprimente" que muchos intelectuales, periodistas y políticos no estén alineados en "el lado correcto", opinó.

Anguita resaltó la paciencia, la constancia y la firmeza como cualidades periodísticas de Esther Esteban, de la que dijo que "en vez de sangre, tiene tinta". El líder de IU manifestó que el libro demuestra que "no ha habido pinza PP-IU, sino esfuerzo e entenderse cuando no ha habido entendimiento con otros", en alusión al PSOE.

Alberto Ruiz Gallardón calificó a Esther Esteban de periodista "aguda e inteligente" y señalo que el libro es la crónica de un periódico -El Mundo- a través de una persona, Pedro J. Ramírez.

El presidente de la Comunidad de Madrid se mostró convencido de que la labor de investigación y crítica de algunos medios de comunicación se seguirá ejerciendo en el caso de que los populares lleguen al poder en el mes de marzo. "L esperamos, lo sabemos y lo queremos. No queremos un periodismo amordazado", concluyó.

Al acto asistieron numerosos representantes de los medios de comunicación y algunos políticos, entre los que figuraban el secretario general del PP, Francisco Alvarez Cascos y los diputados Juan Pedro Hernández Moltó (PSOE, Inaki Anasagasti (PNV), Rosa Aguilar y Felipe Alcaraz (IU), Sanchez LLibre y Francesc Homs (CiU), la alcaldesa de Zaragoza, Luisa Fernanda Rudi, y el ex secretario general de UGT, Nicolás Redondo

El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y los ministros Juan Alberto Belloch y Alfredo Pérez Rubalcaba disculparon su ausencia.