Los retardantes son los productos que, mezclados con agua -dando el característico color rojizo-, son utilizados durante la extinción del incendio para ralentizar el avance de las llamas.

El producto ha sido desarrollado por la empresa de gestión medioambiental de la Junta de Andalucía, Egmasa, en colaboración con la firma Tensioquímica S.L.

El desarrollo del proyecto comenzó a principios de 2004 y el objetivo es dotar al Plan Infoca de un producto que mejore las cualidades del que se utiliza en la actualidad, al tiempo que permita ahorrar costes al ser más asequible su producción que su compra. La investigación para lograr este nuevo producto ha supuesto una inversión aproximada de 25.000 euros.

El prototipo impulsado por Egmasa, que ha superado las pruebas de validación y del que se tramita su patente en la actualidad, se encuentra dentro de la categoría de retardantes de largo plazo, que son los utilizados por los aviones de carga en tierra, si bien, en el futuro, se prevé su utilización tanto por helicópteros como por los medios terrestres.

El uso de este producto permite a los especialistas de extinción aproximarse a los frentes en llama con menor riesgo tanto para los medios humanos como materiales.

Así, este retardante consigue reducir la velocidad de avance de las llamas, mientras que si la velocidad del viento es baja evita que arda la zona impregnada de producto. En el caso de que la velocidad de viento sea alta, la altura de las llamas se reduce sensiblemente, y además también permite reducir la cantidad de humo resultante de la combustión.

Por otra parte, otras ventajas que ofrece es que resulta más estable frente a los cambios de temperatura, lo cual evita que el producto se solidifique y siga así manteniendo su efecto en la vegetación. Las pruebas realizadas, con 20.000 litros de producto, han resuelto que un año después del uso del retardante sus propiedades siguen en activo en la zona en la que se efectuaron las pruebas.