En el requerimiento interpuesto, el Gobierno andaluz reclama al Estado los gastos sanitarios resultantes de la atención prestada a 135 andaluces por afecciones provocadas por el tabaquismo, que en su conjunto superan los 1,77 millones de euros, según informó hoy en un comunicado.

La Consejería de Salud explica que la presentación de este requerimiento es la única vía que queda una vez agotada la vía civil para que los tribunales "puedan entrar en el fondo de la cuestión, que es que las compañías tabaqueras manipulan el diseño y la composición de los cigarrillos para incrementar la adicción de las personas fumadoras".

El Gobierno andaluz había planteado en mayo de 2004 ante la Audiencia Provincial de Madrid un recurso contra la decisión del Juzgado de Instrucción número 68 de abstenerse de conocer el procedimiento interpuesto por la Junta a favor de la jurisdicción contencioso administrativa.

La Audiencia Provincial de Madrid notificó a las partes a principios de año un auto en el que remite las actuaciones a la vía contenciosa administrativa.

La reclamación de la Junta se basa en lo dispuesto en el artículo 83 de la Ley General de Sanidad, en cuanto obliga a las administraciones sanitarias a resarcirse de los gastos efectuados en el tratamiento de la salud pública de los pacientes, cuando el daño a la salud es infringido por un tercero.

La Junta de Andalucía fue, en febrero de 2002, la primera Administración pública europea en demandar a las compañías tabaqueras por el coste sanitario relacionado con las enfermedades asociadas la tabaquismo.

Las empresas demandadas por la Junta son British American Tobacco, Cita, Altadis, Tobacco Canary Island, Philip Morris Spain y JT Internacional, que controlan más del 90% del mercado de producción y distribución del tabaco en Andalucía.

300 PRUEBAS

Como base argumental, el Gobierno de Andalucía dispone de las historias clínicas de 300 pacientes andaluces diagnosticados de infarto de miocardio, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

También presenta los resultados de los estudios analíticos realizados para conocer la composición del tabaco, y que demuestran de manera irrefutable que los cigarrillos contienen elementos no declarados por las compañías tabaqueras, entre ellos el amoniaco, cuyo objetivo es incrementar la adicción de los fumadores.