El anciano negó las acusaiones y aseguró que jamás se le hubiera pasado por la cabeza una acción semejante, razón por la que dijo haberse quedado estupefacto cuando recibió la notificación de la denuncia.

Alvarez Buiza señaló que ser denunciado a los 83 años es un acto de "pitorreo" hacia su persona, si bien la denuncia se basa en el testimonio de un policía municipal, con fecha del pasado 11 de febrero.

En el pliego de descargos, el anciano afirma que no tiene entre sus aficiones arrojar petardos a sus conciudadanos y aegura que, aunque ha estado tentado de "hacer cosas peores", puede demostrar que en el día y hora indicado en la denuncia estaba en una cafetería próxima a su domicilio, tomando una manzanilla.

Alvarez Buiza asegura que renuncia al derecho a pedir daños y perjuicios por "el sobresalto que me ha causado tan insólita denuncia", dado que "a mi edad y situación no estoy para tales canchondeos".