Hace tres años, dos jóvenes entraron por la fuerza en casa del anciano, situada en un barrio humilde de la capital grancanaria, con la intención de robar.

Cuando José se dio cuenta de que estaban robando su televisor, un viejo aparato en blanco y negro, se levantó y trató de impedirlo.

Empezó a forcejear con los jóvenes y, en un momento de la pugna, los delincuentes lanzaron el televisor al suelo y lo destrozaron.

El anciano, vindose impotente ante los ladrones, cogió una escopeta de caza y disparó dos tiros que hirieron a uno de los asaltantes. Después, José se entregó a la Policia.

Tras el suceso, los jueces condenaron al anciano a cumplir dos años, cuatro meses y un día de cárcel, por lo que se convirtió en uno de los presos con más edad de la penitenciaría española y pasó a ser el "abuelo" de la prisión del Salto del Negro.

Gracias a los medios de comunicación, su caso fue conocido por la opinión pública y su figurapronto se hizo popular, al tiempo que tanto sus compañeros reclusos como los funcionarios de la cárcel le trataban con cariño y respeto.

Una gestión del director deese recinto penitenciario canario, Francisco Sáez, hizo posible que José pueda salir en libertad tras cumplir dos meses de su condena, amparándose en una Ley que no permite estar en prisión a los individuos mayores de 70 años. El acuerdo consiste en que el anciano cumplirá el resto de su condena en su domicilio.

Pero como ha contado envarias ocasiones el propio interesado, el "abuelo" no podrá olvidar jamás que la Justicia le privó de la libertad por defenderse contra quienes le agredían en su propia casa.

Tampoco ha podido comprender cómo mientras él, enfermo y viejo, pasaba los días en la cárcel, los ladrones que entraron en su casa a robar seguían libres en la calle. "Después de lo que me ha pasado a mí, con 82 años, uno no sabe si reír o llorar", recalcó.

La imagen de José María Cabrera Herrera que en su vida ha tenido antcedentes criminales, tras las rejas de la prisión, conmovió a gran parte de los ciudadanos canarios que remitieron cientos de cartas y protestas a los medios de cominicación y autoridades para recabar su intercesión en el caso.

Durante los poco más de dos meses que permaneció recluido, José recibió la visita de destacados políticos que le manifestaron su solidaridad y denunciaron la injusticia del caso.

Sin embargo, él mismo cuenta que su estancia en la prisión "me ha servido para algo, ya que heperdido varios kilos y he dejado de fumar". También aprovechó el encierro "para dar consejos a la gente que estaba presa como yo, pero ya se sabe cómo es la juventud", dijo.

Cabrera Herrera recalcó finalmente que no sólo sigue sin arrepentirse por lo que hizo, sino que dice que no le importaría volver a la cárcel por defender lo suyo. "Si alguna vez vuelvo a la prisión será porque he matado a alguien, pero en mi casa no se vuelve a meter nadie más", aseguró.