El traslado de la anciana a una planta normal del centro sanitario se debió a que el tratamiento que se le daba en la Unidad de Cuidados Intensivos se le podía practicar en cualquier lugar, dado que su estado es estacionario desde el primer día que ingresó.

Los médicos que atendierona Margarita González en la UVI descartaron que la anciana pudiera recuperarse del estado en que se encuentra y sólo esperan un desenlace fatal. El doctor David Liste declaró hace días a Servimedia que no hay esperanza de que la paciente pueda recuperar sus funciones cognoscitivas cerebrales y que permanecerá en el estado en que se encuentra hasta que fallezca, aunque podría vivir así años.

Los familiares que acompañan a la anciana en la planta del Ramón y Cajal no tienen interés en que la opinión públca sepa nada sobre el estado de la mujer y han dado orden a los facultativos de que no se informe a los medios de comunicación.

La mujer fue sorprendida el pasado 19 de abril en su domicilio de la calle Arturo Soria, número 159, por la explosión que iba dirigida contra el líder del Partido Popular. Los equipos de urgencia la rescataron de entre los escombros de su casa en situación de parada cardiorrespiratoria, pero lograron reanimarla y trasladarla al Ramón y Cajal.

Desde entonces, se encuentraen estado de coma profundo con una "encefalopatía anósica post-parada cardiaca, tras sufrir traumatismo craneofacial por aplastamiento, con pronóstico muy grave".