PwC señala en su informe trimestral "Consenso Económico" que el precio del petróleo tenderá a estabilizarse por encima de los 25-30 dólares por barril en algo más de seis meses, pero opinan que su impacto sólo se dejará notar de forma transitoria sobre la inflación y el crecimiento económico.

Los expertosconsultados opinan también que los impuestos sobre los carburantes son muy elevados, aunque sólo una minoría de los sondeados, en torno al 44,6%, se muestran favorables a que estas figuras fiscales se adapten a la evolución de los precios del petróleo.

El consenso empresarial detectado por PwC es que "la mayoría de los agentes económicos intentará recuperar la pérdida de rentas provocada por el aumento de la inflación", y añaden que en ese caso, "ni el Banco Central Europeo (BCE) ni la Comisión deberín modificar sus restricciones fiscales y monetarias".

Todos los sondeados descuentan subidas adicionales de los tipos de interés para situarlos en una cota no inferior al 5,25%, es decir, medio punto aún por encima del nivel actual. Son mayoría, más del 69%, los que opinan que se llegará a esa situación a lo largo de 2001, mientras que un 31,92% creen que la subida puede producirse antes de que acabe el año.

No obstante, el estudio de la consultora refleja un cambio de percepción sobre la situacin de la economía española. Así, va en aumento el porcentaje de los que opinan que "ha disminuido" o "va a disminuir" el crecimiento económico, aunque sigue predominando la opinión positiva sobre la situación general.

En materia de inflación, el deterioro de la opinión empresarial es grande, y son casi un 85% los que la sitúan por encima del 3,1% debido al aumento de los costes laborales, las importaciones y los servicios a las empresas. No obstante, el criterio mayoritario es que el repunte de preciosserá pasajero y volverá a bajar a lo largo del año que viene.

El 77% de los analistas consultados opina que los salarios de convenio van a crecer por encima del 3%, lo que unido a unas menores expectativas de actividad, provocadas por el deterioro de la renta disponible y la ligera desaceleración del consumo, anima a muchos empresarios a pensar en una disminución de la tasa de creación de empleo.