Motivar a la mujer gitana a que se integre y participe en la sociedad es uno de los objetivos que persigue esta iniciativa. Así, el Ayuntamiento ha lanzado una serie de programas de apoyo y seguimiento escolar de los menores y jóvenes, acompañamiento social en los procesos de realojamiento, creación de espacios socioeducativos, fomento de actividades vecinas, etc.

Además, entre estas actuaciones hay que resaltar la promoción laboral con cursos de formación en Mediación Social, auxiliar de oficinas y arte floral, potenciando la educación y la autoestima, y se llevan a cabo campañas de salud y programas de participación social.

En el municipio de Madrid se calcula que hay entre 35.000 y 45.000 personas de etnia gitana. Botella destacó que algunos han progresado en su integración social, condiciones de vida y vivienda, pero muchos se encuentran en una situación marginal.

La mujer gitana, explicó Botella, no sólo ha tenido que hacer frente a las dificultades de las españolas, sino que hay que añadir la escasa permisividad de los hombres gitanos para que desarrollen actividades como el estudio o el trabajo fuera de casa.