El director del Programa de AI para Asia y Oceanía, Sam Zarifi, destacó en un comunicado que el año pasado fue "el más violento para la población civil desde la caída del régimen talibán y la población afgana cada vez está más resentida por las víctimas civiles que causan las fuerzas internacionales".

"Los talibanes han avivado el resentimiento de la población y las fuerzas internacionales no han demostrado aún que se tomen en serio las investigaciones sobre incidentes ni la necesidad de garantizar la rendición de cuentas por los actos cometidos e indemnizar a las víctimas", añadió.

AI puso como ejemplo de la ausencia de rendición de cuentas por parte de las fuerzas internacionales el homicidio de los hermanos Abdul Habib y Mohammed Ali en Kandahar, perpetrado una noche de enero de 2008.

Según AI, los dos hermanos estaban desarmados y murieronpor disparos efectuados a quemarropa por efectivos internacionales que iban de camuflaje.

Amnistía Internacional aseguró que, más de un año después, nadie ha admitido su responsabilidad sobre este hecho, a pesar de que la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (FIAS), dirigida por personal de la OTAN, participó en la operación.

El ejército estadounidense ha negado haber actuado en este doble homicidio, pero AI afirmó haber recibido información según la cual la operación estuvo dirigida por personal de la base de artillería Gecko, utilizada actualmente por las tropas estadounidenses.