Lo hizo a través de un comunicado aprovechando que hoy el Consejo de Seguridad de la ONU vota la ampliación de un mecanismo sobre el que Rusia ha sido muy crítica, llegando incluso a utilizar su derecho de veto para recortarlo.

En ese sentido, la directora regional adjunta de AI para Oriente Medio y en norte de África, Aya Majzoub, atestiguó que “mientras el Gobierno sirio continúa impidiendo que la ayuda llegue a áreas fuera de su control, la supervivencia de al menos cuatro millones de personas en el noroeste de Siria controlado por la oposición dependen de la entrega de ayuda a través de la frontera desde Turquía”.

Tras recordar que “Rusia y China ya han obligado a la ONU a cerrar tres corredores de ayuda a Siria en los últimos tres años”, señaló que el del noroeste del país es “el único que queda”, por lo que si el Consejo de Seguridad “no renueva la resolución, millones de personas se verán privadas de la ayuda esencial, incluidos alimentos, agua y saneamiento, medicinas, suministros para el invierno y vivienda, lo que infligirá graves daños a personas que ya están sufriendo enormemente”.

Teniendo en cuenta que “más de la mitad de los desplazados internos del noroeste de Siria viven en pequeñas tiendas de campaña para una sola persona sin aislamiento contra el gélido clima invernal cuando las temperaturas descienden por debajo del punto de congelación”, Aya Majzoub consideró que “no renovar el mecanismo de ayuda transfronteriza provocará una catástrofe humanitaria”.

Por último, destacó que “está categóricamente claro que la escala y el volumen de la ayuda necesarios para cubrir las necesidades de la población desplazada interna de Siria sólo se pueden satisfacer mediante la renovación del mecanismo transfronterizo de la ONU”.