"Este abuso", señala AI, "siue siendo la vergüenza secreta del mundo, una realidad cotidiana ignorada por muchos gobiernos. La mayoría de los niños lo sufren en silencio, nunca cuentan su historia y sus torturadores nunca responden penalmente de sus actos".

Los niños sospechosos de cometer actividades delictivas son los más expuestos a sufrir tortura a manos del Estado, que en muchas ocasiones detiene a los menores en condiciones que entrañan peligro para su salud y su integridad.

Según la organización, "en todo el mundo veos los mismos patrones de abuso: apenas existen diferencias entre el trato policial que reciben los niños en China y en Brasil; o entre sus condiciones de reclusión en Paraguay o en Rusia; y la violencia contra los niños en los conflictos armados es tan devastadora en Sierra Leona como en Afganistán".

El informe relata que en algunos países se golpea a los niños detenidos con puños, palos, culatas de pistola, látigos, tuberías de hierro y cables eléctricos.

Además de las secuelas físicas que sufrn las víctimas, entre las que el documento cita los desgarros de órganos, hemorragias internas, roturas de huesos y conmociones cerebrales, destacan los traumas psicológicos de los menores sometidos a estas situaciones.

El informe también se refiere a las violaciones que sufren muchos niños detenidos y denuncia que en la mayoría de los casos los autores de estos abusos no son castigados.

Asimismo, Amnistía Internacional recuerda que cien millones de menores viven y trabajan en la calle. Esta orgaización ha documentado casos de tortura y malos tratos a niños de la calle en numerosos países, como Bangladesh, Brasil, Colombia, Guatemala, India, Kenia, Nepal y Uganda.

También las condiciones imperantes en los centros de reclusión de menores son tratadas en el informe. Según se alegaba en una acción judicial de grupo presentada el pasado mes de febrero en Dakota del Sur (EE.UU.), en la Escuela Estatal de Formación Profesional de Plankington se había obligado a niños a permanecer durante horas tumbdos boca arriba con los brazos extendidos sobre una cama de hormigón, en celdas de aislamiento.

AI ha emprendido una Campaña contra la Tortura para erradicar estas prácticas y pedir a los gobiernos de todo el mundo que condenen públicamente la tortura de niños allí donde se produzca.