En el informe, la organización indica que muchos menores son encarcelados por infracciones muy leves y cuando se podrían haber adoptado otras medidas.

Amnistía relata casos concretos, como el de un niño de 10 años que fue esposado, detenidoencarcelado por propinar supuestamente patadas a su madre; el de un niña de 13 años encarcelada como sospechosa de poseer marihuana, que finalmente resultó ser orégano; el de otra niña de 16 años detenida por desobedecer a su padre, o el de un niño de 12 años detenido por hacer una llamada telefónica de hostigamiento.

Según AI, en algunas jurisdicciones el encarcelamiento se considera un castigo adecuado incluso para infracciones leves cometidas por niños de corta edad, como participar en peleas en l escuela.

A juicio de la organización, "el uso excesivo del encarcelamiento es hondamente preocupante debido a sus riesgos inherentes para la integridad física y mental de los menores y a su potencial de influir negativamente sobre éstos, en lugar de favorecer su rehabilitación. El daño que sufren los niños como consecuencia del encarcelamiento puede ser permanente".

El informe asegura que en Estados Unidos hay más de 4.000 niños en prisiones para adultos, donde corren un riesgo evidente de sufri abusos físicos y sexuales. Además, los niños pertenecientes a minorías raciales y étnicas tienen una presencia proporcionalmente excesiva en las cárceles en relación con su representación dentro de la comunidad.

Especialmente inquietante, según Amnistía, es que varias de estas violaciones de derechos humanos están sancionadas de hecho por las propias leyes estadounidenses. En concreto, EE.UU. ejecuta a personas por delitos cometidos cuando eran menores de edad, lo que viola las normas internacionales