En un comunicado, Amnistía Internacional recoge las declaraciones Marie Struthers, directora de la organización para Europa Oriental y Asia Central, quien denunció que las autoridades rusas “continúan su guerra contra los derechos humanos del pueblo ruso”, y exigió la puesta en libertad de “todas las personas dedicadas al activismo detenidas por participar pacíficamente en actos de disidencia contra la guerra”.

A juicio de Struthers, la represión del movimiento feminista antibelicista por el Kremlin es “otro intento desesperado más de silenciar las críticas a la invasión rusa de Ucrania”. Según la organización humanitaria, las feministas rusas han seguido desempeñando un papel en el movimiento contra la guerra “pese a los implacables esfuerzos del Estado para reprimirlo, la detención de decenas de miles de personas, y el cierre o bloqueo de los medios de comunicación independientes.

Cabe recordar que el pasado 8 de abril as autoridades rusas cerraron las oficinas de representación de Amnistía Internacional en Moscú y las de otras ONG internacionales.

RESISTENCIA FEMINISTA

Amnistía Internacional destacó en su comunicado el esfuerzo de la ‘Resistencia Feminista Antibelicista’ (FAS), una organización creada el 25 de febrero, al día siguiente de la invasión de Ucrania por Rusia, cuyo objetivo es reforzar el movimiento contra la guerra mediante el establecimiento de una red de grupos feministas con posturas críticas hacia el conflicto.

“Desde que comenzó la guerra nos organizamos rápidamente y lanzamos un llamamiento en el que declaramos que la guerra es contraria a todas las metas del movimiento feminista”, afirmó Ella Rossman, una de las pocas caras públicas del movimiento, en declaraciones a Amnistía Internacional.

Según informó la FAS, a fecha de 4 de abril habían instalado 500 cruces de madera en 41 ciudades rusas para conmemorar a las víctimas civiles de la guerra en Ucrania, y al menos 3.000 simpatizantes habían salido a la calle con consignas antibélicas en la ropa en lo llaman “piquetes silenciosos”.