Según un informe de AI, la inmensa mayoría de los detenicdos, entre los que hay intelectuales, líderes comunitarios, ex oficiales del Ejército y funcionarios de origen étnico pashto, han sufrido brutales torturas, y más de una docena murieron bajo custodia.

Aunque algunos de los detenidos fueron puestos en libertad, siguen recluidos alrededor de un centenar de personas. Entre ellas hay niños a los que se mantiene en calidad de rehenes porque sus padres lograron huir de la etención.

El informe de AI, que se basa en las entrevistas mantenidas con ex detenidos y otras personas que tienen datos de las detenciones y homicidios, expresa la preocupación de la organización de defensa de los derechos humanos por estos hechos.

AI no apoya ni se opone a ninguna de las facciones enfrentadas en Afganistán y viene documentando desde hace años los abusos cometidos por todas las partes.

La organización ha pedido que todos los autores de violaciones de derechos humanos contrael pueblo afgano comparezcan ante la justicia y que nadie pueda gozar de impunidad.

Asimismo, pide a todas las partes que pongan fin a los abusos y adopten medidas prácticas para poner fin a la sistemática violación de derechos humanos.