En un informe de 64 páginas titulado "Víctima o sospecha. Una cuestión de color: la discriminación racial en el sistema judicial austríaco", AI indica que las quejas a la policía de malos tratos por parte de miembros de minorías étnicas no son investigadas.

Por el contrario, el estudio recalca que "rara vez" los agentes son enjuiciados y sancionados; de hecho, sólo 20 de las 898 denuncias presentadas en la Fiscalía en 2006 fueron llevadas a los tribunales.

Por ello, AI pide a las autoridades austríacas que adopten medidas para eliminar el racismo en la policía y garantizar que todas las denuncias de índole racista sean investigadas y castigados sus agentes.

John Dalhuisen, experto de AI en Austria, señaló al respecto que "ya es hora de que los dirigentes políticos y altos funcionarios de la policía reconozcan la existencia del racismo en la policía".

Dalhuisen subrayó que "los prejuicios sociales y los estereotipos sobre los extranjeros y los diferentes grupos religiosos y étnicos no pueden tener lugar en la aplicación de la ley".

"Las autoridades austríacas deben enviar un mensaje claro a los agentes del orden público y al público en general de que los malos tratos de los detenidos y la mala conducta racista están absolutamente prohibidos en todas las circunstancias y serán investigados y sancionados según corresponda", concluyó.