Las investigaciones realizadas hasta ahora sobre las epidemias anuales de gripe, ya habían vinculado la baja humedad relativa del ambiente con un mayor contagio y duración del virus en activo.

Sin embargo, según Jeffrey Shaman, que ha liderado el estudio de la Universidad Estatal de Oregón, la humedad en términos absolutos, que no depende de la temperatura ambiente como la relativa, parece tener una mayor influencia en la transmisión de la enfermedad.

Esto explicaría que el invierno, momento en el que se registran los valores de humedad absoluta más bajos, tanto en el interior como en el exterior, sea la época del año de mayor incidencia de las epidemias de gripe.

Por ello, Shaman recomienda incrementar los niveles absolutos de humedad para prevenir el contagio de la gripe, aunque de forma moderada, ya que un exceso puede dar lugar a otros problemas, como la formación de moho.