De esta cantidad, 565 millones se destinan a las 310 plazas que la red pública asistencial de Castilla-La Mancha tiene a disposición de estos enfermos, mientras que 66 millones van a parar a las cien plazas de estancia diurnas concertadas con asociaciones.

Además, las asociaciones de familiares recibirán ayudas de 2,7 millones de pesetas par la realización de programas concretos que palien los problemas que plantea el alzheimer.

En Castilla-La Mancha exiten 35.000 enfermos que constituyen un gran problema sanitario y económico, puesto que cada paciente representa un gasto de 800.000 pesetas anuales.

Desde el punto de vista social, el alzheimer supone un gran impacto social por las repercusiones que tiene en los familiares y cuidadores de los enfermos, que sufren un gran desgaste físico y psicológico.

El alzheimer es una enfermead irreversible y degenerativa del sistema nervioso, más frecuente entre los mayores de 65 años. Se caracteriza por la disminución de las funciones intelectuales, pérdida de memoria y deterioro del pensamiento y la conducta.