El EMAS fue calificado como un éxito por la comisaria de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear, Ritt Bjerregaard, ya que a él se han acogido 2.000 empresas desde su aprobación, en 1993.

El 75% de estas empresas son alemanas y el resto están ubicadas principalmente en Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega. Según la comisaria, la normativa presenta un nuevo enfoque para la protección medioambiental que no pretende sustituir las legislaciones nacionales o comunitaris.

En opinión de Bjerregaard, el reglamento del EMAS propone una distribución de la responsabilidad en la protección medioambiental en diferentes niveles. Así, los legisladores pueden verlo como una referencia en el proceso legislativo, los ciudadanos y ONGs deberán informar de las inconsistencias que observen en las disposiciones, y las empresas deberán controlar que la gestión y la información sean de buena calidad.

Según la comisaria, la promoción de una producción y un consumo sostenibles y l innovación industrial son elementos vitales para la protección del medio ambiente.