Almunia señaló que va a seguir la orientación que ayer les marcó Felipe González de que no enfoquen la tarea d oposición "por el sendero por el que quiere llevar la vida política el PP, que es por el sendero de la crispación, de la conversión del adversario político en enemigo, por el sendero de la intolerancia y del ataque despiadado", afirmó el portavoz socialista.

Pero sí hizo la siguiente reflexión: "El PP es el partido que ganó las elecciones, está gobernando, nosotros admitimos ese resultado y admitimos los pactos a través de los cuales ha llegado a disponer de una mayoría parlamentaria que le permite gbernar".

"Pero admitiendo todo eso, debemos exigir formalmente y seriamente al Partido Popular y a sus diferentes portavoces que tengan la mínima sensibilidad democrática como para reconocer que ellos nos son quién para autorizar o desautorizar a cualquier ciudadano en España para que diga lo que piensa, y muchísimo menos son quiénes, ni nadie les ha dado legitimación para ello, para opinar sobre el modo en que Felipe González y el Partido Socialista deben ejercer su oposición o sobre la legitimación ue tienen el Partido Socialista y Felipe González de decir lo que quiera y cuando quiera, sea crítico con el Gobierno o no sea crítico con el Gobierno", continuó Almunia.

Añadió que "si alguien en el Partido Popular piensa que, por el hecho de estar en el Gobierno o por el hecho de tener una mayoría parlamentaria, tiene derecho a limitar la libertad de expresión de alguien o el margen de maniobra político de alguien, está muy equivocado, y los españoles quieren que nunca más en nuestro país haya la má mínima limitación a la libertad de expresión, y mucho menos quieren nueve millones y medio de españoles, que han votado al Partido Socialista el 3 de marzo, que desde el Partido Popular se niegue la legitimidad que tiene por supuesto el Partido Socialista, como cualquier otra fuerza política, para desempeñar sus tareas, para hacer oposición y para decir lo que le dé la gana".

"Le pedimos al PP", concluyó Almunia, "que ante esa lógica libertad para expresarnos críticamente contra el Gobierno o de la mnera que nos parezca conveniente, que ejerzan ellos su libertad para contraponer sus ideas a las nuestras, pero que acaben ya de una vez por todas en ese vano intento de coartar el margen de maniobra y la posibilidad de actuación de una oposición en España, porque es un intento vano que no les conduce a ningún sitio más que a crear o a tratar de crear un clima en la vida política española que los españoles no se merecen".