La pregunta en cuestión fue planteada por el secretario general de las Juventudes Socialistas, José Manuel Caballero, y decía literalmente lo siguiente: "¿Fue tratad el contencioso del Sáhara Occidental en las entrevistas del presidente del Gobierno con el rey Hassan II o con el primer ministro marroquí?".

Almunia explicó que el pasado viernes el presidente en funciones del Congreso, Enrique Fernández-Miranda, le dirigió un escrito en el que le comunicaba que la pregunta se admitía a trámite, pero eliminando la alusión al monarca marroquí.

El jefe de los socialistas en la Cámara Baja admitió que el Reglamento confiere a la Mesa del Congreso el trámite de la dmisión y calificación de las preguntas orales dirigidas al Ejecutivo, pero subrayó que dentro de estas facultades no pueden entrar criterios diplomáticos o de oportunidad política.

Almunia, que calificó de "insólita" la actuación de Fernández-Miranda, aseguró que "sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, y sin ninguna base reglamentaria que lo justifique, nos han censurado una parte de la pregunta", hecho que, a su modo de ver, no tiene precedentes en los parlamentos democráticos.

A su juicio, u parlamento "no puede soportar" que los derechos individuales de los diputados se vean conculcados por la "arbitrariedad censora" de un miembro de la Mesa.

Con anterioridad a las manifestaciones de Almunia, el vicepresidente tercero de la Mesa, Josep López de Lerma (CiU), explicó a los periodistas que en la reunión del órgano rector de la Cámara este tema fue discutido y motivó la protesta formal de los representantes del PSOE, Joan Marcet, Josep Beviá y Carmen del Campo.

PRINCIPIOS DIPLOMATICOS

López de Lerma dijo que el criterio de Fernández-Miranda era favorable a suprimir en la pregunta la alusión personal a Hassan II para no incurrir en la vulneración de algunos principios diplomáticos.

Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Joaquim Molins, también terció en la polémica al afirmar que no le parece "afortunada" la decisión de la Mesa, "porque todos los diputados", añadió, "somos mayorcitos para formular las preguntas como las estimemos oportunas".

En opinión de Molins, la esa del Congreso no está capacitada para tomar decisiones que se pueden interpretar como una especie de censura política.

Por otra parte, Almunia recordó que también el pasado viernes se trató de impedir a su grupo que planteara otra pregunta al Gobierno, relativa a las razones por las que el vicepresidente segundo del Gobierno ha interferido en la actuación normal de los órganos de Cajamadrid.

Almunia señaló que "todo el mundo sabe" que Rodrigo Rato llamó a su despacho al presidente de Cajamadri para decirle que el Ejecutivo no quería que continuara como máximo responsable de la entidad.

Puso de relieve que la ley prevé que la remoción del presidente de Cajamadrid se puede realizar por el voto de los dos tercios de su consejo de administración, sin que el vicepresidente del Gobierno de turno tenga competencias para llamar por teléfono a un presidente de caja de ahorros que se tiene que ir "para colocar a un amigo del presidente del Gobierno".

"Eso lo pueden hacer, aunque no debieran, enlas empresas públicas, y, desgraciadamente, lo están haciendo, pero en Cajamadrid no. Y esto se puede preguntar en un parlamento democrático y parece intolerable que se haya llegado a plantear que la pregunta no se debiera hacer", aclaró Almunia.