Aunque Almeida no aludió directamente a Miguel Boyer y Carlos Solchaga, dejó entrever su postura favorable a que este último presente su dimisión como presidente y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista. "No se trata solamente", indicó, "de un caso de corrupción económica, sino que también es un caso de corrución democrática".

Aseguró que si se demuestran las acusaciones formuladas contra Mariano Rubio, "asistiremos más que a una corrrupción económica a una corrupción demorática, por lo que tiene que haber respuestas a esos niveles".

Para Almeida, a pesar de que no existan finalmente responsabilidades penales, sí puede haber responsabilidades políticas por "negligencia, por omisión o incluso por asunción de los errores de las personas que tú has elegido".