Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace, declaró a Servimedia que el objetivo del estudio epidemiológico es "conocer si la incidencia de determinadas enfermedades asociadas a los efectos dela radiactividad es mayor que en otras zonas del país".

Durante las últimas semanas vecinos de algunos municipios, fundamentalmente de la comarca de La Vera, han denunciado el aumento de determinadas efermedades entre la población, como sarcomas, leucemias, cánceres de mama, así como de abortos, y han mostrado su preocupación ante la posiblidad de que la presencia de estas patologías guarde relación con la proximidad de las poblaciones a la central de Almaraz.

Carlos Bravo señaló que en Jaraiz deLa Vera (Cáceres) se han detectado 7 casos de distintos tipos de cáncer de huesos, en una población que no supera los 8.000 habitantes, "cuando la media según algunos expertos es de dos casos por cada 200.000 o 300.000 habitantes".

ESTUDIO DE OTRAS COMARCAS

"Queremos demostrar con datos y estudios serios que la central nuclear puede ser responsable de las cosas que están pasando en estos pueblos, porque lo más acientífico que hay es la postura del Consejo de Seguridad Nuclear cuando dice que no pasanada porque no hay datos", señaló el portavoz de la organización ecologista.

El estudio epidemiológico se extenderá a otras comarcas, como la de Campo Arañuelo y a algunos pueblos toledanos cercanos a la provincia de Cáceres, como Lagartera, Oropesa y Corchuela.

Bravo manifestó que no es la primera vez que se detecta un aumento de determinadas enferemedades en el entorno de una central nuclear, pero lamentó que habitualmente los afectados no denuncien ni reclamen las investigaciones y estudios neesarios para esclarecer su origen.

Los dos reactores nucleares de la central de Almaraz corresponde a la segunda generación de centrales españolas. La unidad uno entró en funcionamiento en 1981 y la segunda en 1983.