Desde el 1 de diciembre, el tomate se ha vendido a un precio que oscila entre 1,88 y 1,77 euros el kilo, mientras que en el mismo periodo el precio en origen ha pasado de un máximo de 66 céntimos a un mínimo de 32céntimos, es decir, un descenso del 51,5% en origen sólo se ha traducido en una bajada del 5,9% para los consumidores, una práctica de la distribución reiteradamente denunciada por las organizaciones de productores.

Como consecuencia de esta resistencia de los canales de distribución a repercutir a los clientes los descensos de costes en origen, en la actualidad el tomate multiplica por 5,5 su precio de origen cuando llega a la tienda.

El Servicio de Defensa de la Competencia está investigando lacadena de formación de precios de varias frutas y hortalizas, entre ellas el tomate, y en las conclusiones preliminares recién presentadas se afirma que si bien se observa una sincronía entre la evolución de precios en origen, intermediarios y venta al público, se observa "algunos meses en algunos productos puntual rigidez a la baja".

Defensa de la Competencia está centrando sus análisis en 8 grandes grupos de distribución que, a diferencia del comercio tradicional, emplean canales de aprovisionamient propios que llegan directamente al agricultor y eliminan los intermediarios mayoristas. Sin embargo, sus frutas y hortalizas no son más baratas, salvo excepciones, que las de las tiendas especializadas o los mercados municipales, que se abastecen mayoritariamente en los mercas.