Mientras que la ola de calor del pasado verano y la falta de producción por no haber salido las nuevas cosechas, junto a una cadena de distribución minorista poco transparente y concentrada en grandes grupos, han impulsado el precio del tomate de ensalada a los 3 eurs por kilo en el punto de venta, el tomate marroquí no puede importarse hasta el mes de noviembre, cuando la producción comunitaria no puede por si sola cubrir toda la demanda.

El director de la OCU, José María Múgica, manifestó a Servimedia que en los intercambios internacionales es donde se ve si se quiere realmente controlar o evitar el problema de la subida de precios.

"Con tal de meter competencia, al consumidor le importa muy poco que el tomate proceda de Turquía o de Holanda. Esa informacin es importante para comprender con qué calidad ha sido recogida la fruta, pero no es importante a la hora de establecer el precio", explicó Múgica.

La OCU recordó que la Administración tiene "mecanismos para controlar; si no se quieren aplicar los consumidores tendremos que tomar nota".

Por su parte, el portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Antonio López, señaló hoy a Servimedia que "el Gobierno tiene que intervenir de alguna manera, no poniendo los precios, evidentemene, pero viendo qué está pasando en el sistema de comercialización y distribución en España".

La CECU instó al Gobierno a que "no solamente haga apelaciones al mercado, sino que proteja de alguna manera a los consumidores, que en esta situación tienen una cierta indefensión. Si hay prácticas comerciales monopolistas, ¿qué puede hacer el consumidor?".