"Es evidente que tenemos que subir precios", reconoció a Servimedia el secretario general de la Federación Española de Cafeterías, Bares y Restaurantes, Emilio Gallego.

"Ya estamos con tensiones muy fuertes de precios pero las subidas -de los alimentos- van a tener una repercusión en precios casi seguro, porque es de lógica económica", inistió, antes de defender que no se trata de hacer un llamamiento al encarecimiento de los precios del sector, sino que será "imprescindible" para la supervivencia de los negocios.

Gallego explicó que la cesta de la compra de estos establecimientos supone un gasto del 40% de sus costes y cualquier variación tiene una gran repercusión. "Llueve sobre mojado y vamos a sufrir una repercusión porque, para nosotros, es una materia prima que elaboramos para prestar nuestro servicios y se está encareciendo muco", dijo.

Según explicó, los bares, restaurantes y cafeterías pueden soportar durante "un corto periodo" las subidas de precios de alimentos sin encarecer sus menús pero "si esto se mantiene en el tiempo, como parece, no nos quedará otro remedio -que subir los precios-".

La Federación de Hostelería se referió concretamente a los menús del día, que podrían ser los primeros en sufrir los encarecimientos ya que "están ajustados al máximo" y este sector tiene que vender muchos menús para lograr gananias.

Gallego se lamentó de que los bares se conviertan siempre en el "chivo expiatorio" de las subidas de precios y recordó que, con estas subidas de los precios de los alimentos, "estamos atados de manos".

COCINEROS

Por su parte, fuentes de la Federación Madrileña de Jefes de Cocina consultadas por Servimedia coincidieron en la misma apreciación y auguraron encarecimiento de los menús en las próximas fechas.

Los jefes de cocina trabajan sobre todo en hoteles y restaurantes de lujo, donde os menús superan los 25 ó 30 euros, que también subirán.

Ademas, se quejaron de que el encarecimiento de los productos se quede "en manos de intermediarios", mientras los agricultores siguen recibiendo "precios ridículos".

Por ello, pidieron al Gobierno que intente "poner equilibrio" en las ganancias de todos los participantes en el proceso que lleva los alimentos perecederos desde el huerto o la granja hasta la mesa.