La tesis, de la que es autora la farmacéutica Augusta María Gil, ha sido presentada recientemente en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.

Según este estudio, la etnia Bubi (Guinea Ecuatorial) asentada en la Comunidad de Madrid consume más frutas y hortalizas que los autóctonos, lo que es altamente favorable para su salud.

Los varios miles de bubis llegados a Madrid por motivos políticos y socioeconómicos presentan una alimentación diferente a la existente en su país de origen.

Pese a incluir una amplia variedad de alimentos en su ingesta, el bubi tiende a acercase al patrón dietético existente en la Comunidad de Madrid, que, si bien es predominantemente mediterráneo, presenta signos de occidentalización en su dieta.

La alimentación del bubi en Madrid se caracteriza por un alto consumo de hortalizas y frutas, superando con creces los mínimos recomendados para la población española, lo que resultaría muy conveniente para su salud.

También se ha encontrado un consumo considerable de carne y productos cárnicos, sobre todo pollo, y un consumo de lácteos, destacando en éstos el consumo de yogur.

POCO ALCOHOL

Por el contrario, los bubis son poco consumidores de alcohol y bebidas estimulantes como el té y café, si bien son muy aficionados al consumo de bebidas refrescantes y zumos industriales. Una diferencia a destacar respecto a los autóctonos es el bajo consumo de azúcar y pan, la mitad, y el alto consumo de arroz, que se cuadruplica.

Además, los bubis en Madrid son poco fumadores (sólo un 6% de ellos fuman), pero mantienen una baja actividad física. Llama la atención el elevado porcentaje de obesidad existente, especialmente entre las mujeres, que supera el 23%, indica la tesis.

Este estudio ha sido codirigido por la doctora Esperanza Torija y el doctor Jesús Vioque, y es fruto de la colaboración entre la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante),

Los investigadores señalan la conveniencia de fomentar que el bubi mantenga el alto consumo de hortalizas y frutas, un consumo moderado de alcohol y el menor consumo posible de tabaco, para que su descendencia prosiga en estas saludables costumbres.

Sin embargo, se insiste en la conveniencia de incrementar en ellos la actividad física y moderar el consumo de carnes grasas.

Este trabajo, que ha sido posible gracias a la colaboración de la Asociación Cultural Bubi de la Comunidad de Madrid, permite profundizar en el conocimiento de la dieta y estilo de vida de la población inmigrante, lo que debería facilitar el desarrollo de estrategias saludables y el proceso de adaptación de estos inmigrantes a la cultura española.