Estos científicos han comprobado cómo un tipo de ratón conocido como MRL es capaz de remplazar las células cardíacas dañadas de forma innata, con tan sólo una mínima cicatrización.

Los roedores no necesitaron de fármacos ni de tejidos transplantados para conseguir el reemplazo de las células dañadas, que se realizó de forma natural. Al cabo de dos meses, el tejido cardíaco vuelve a tener un aspecto normal y funciona correctamente.

Asimismo, ls investigadores han advertido cómo cerca del 20% de las células dañadas se dividen en respuesta a la lesión, algo que es completamente insólito hasta la fecha en cualquier otro mamífero.

Con este descubrimiento, los expertos tratarán de identificar las diferencias genéticas y moleculares específicas que hacen posible esta regeneración en ratones, para así poder desarrollar fármacos que mejoren el tratamiento de diversas enfermedades cardíacas humanas.