Frente a los 16.000 millones de pesetas que la Administración ha destinado este año a mejorar las instalaciones policiales, en 1992 empleará 12.500 millones en este capítulo.

Sevilla y Barcelona serán las ciudades donde se hagan más inversiones, ya que debido a los eventos culturales y deportivos que se celebrarán en ellas, las comisarías de ambas urbes van a modernizarse.

No tendrá la misma suerte la comisaría de Ovido, donde, según fuentes sindicales, hay ratas, al igual que en el Cuartel de Caballería de la Ciudad Condal.

Instalaciones viejas, calabozos antihigiénicos y malos olores, son algunas de las quejas y denuncias que plantearon los sindicatos policiales y que, debido a este recorte presupuestario, quedarán, de momento, sin resolverse.

Un estudio realizado el año pasado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) señalaba que un 95 por ciento de las comisarías de policía de la Comunidad Autónoma de adrid no reunían las mínimas condiciones de seguridad ni higiénico-sanitarias que deben caracterizar a este tipo de dependencias.

HEPATITIS Y SIDA

Tampoco serán modernizados los coches patrullas, que presentan manchas de todo tipo, muchas de sangre, ya que en ellos son transportados detenidos, drogados, parturientas y heridos.

Los sindicatos policiales consideran que al no limpiar adecuadamente las manchas, los agentes están expuestos a contagiarse enfermedades "tan peligrosas como la hepatitisy el SIDA".

Pese a sus reiteradas denuncias ante la Administración, "son los propios funcionarios los que voluntariamente las limpian, usando guantes y lejía, con un grave riesgo para su salud", declaró a Servimedia un portavoz de la Asociación Nacional de Policía Uniformada (ANPU).

SINDROME DEL NORTE

La misma fuente señaló que la DGP también se negó hoy a realizar un catálogo de las enfermedades profesionales que afectan a los policías, entre las que figura el denominado "síndrome del Norte". La Administración nunca ha querido admitir la existencia de este "síndrome", ya que ello significaría decir que el Norte es un destino malo y peligroso para los agentes.

Actualmente, el Cuerpo Nacional de Policía no tiene reconocida ninguna enfermedad profesional, pese a que los sindicatos han tratado sin éxito de que las situaciones de miedo, estrés, depresiones y nerviosismo que sufren algunos agentes tras haber estado destinados en Euskadi y Navarra, y que son provocadas por el temor a sufrir agún atentado terrorista, sean catalogadas como un riesgo laboral.