Aunque no entraña ningún riesgo para las personas, el "alga asesina" resulta perjudicial para el equilibrio biológico de los fondos marinos, puesto que desplaza a las especies vegetales y animales autóctonas, amenazando la diversidad biológica.

Según e diario francés "Le Figaro", los dos investigadores, Bernard Jaffrennou y Lucien Orddone, acaban de experimentar con éxito el proceso de destrucción de las algas por electrolisis.

Este sistema nació después de que los investigadores detectasen que las algas presentaban una mala resistencia a los iones de cobre contenidos en los productos de limpieza de los acuarios, en donde la "caulerpa" es utilizada como decoración.

Inicialmente, los científicos sometieron en un laboratorio este alga a un campoelectrolítico obtenido con ánodos de cobre para establecer si los iones, al atravesar el tejido vegetal, prococaban la muerte del vegetal, lo que ocurrió.

Posteriormente, obtuvieron la autorización para experimientar este método en plena mar, lo que hicieron el pasado 29 de julio en un cabo de Toulon, donde los inventores sometieron la pequeña pradera de "caulerpa" existente en el fondo marino a la electrolisis mortal.

Una semana más tarde, comprobaron que donde habían sido difundidos los iones d cobre, el alga había blanquecido hasta la raiz, no pudiendo sobrevivir.

El "alga asesina" sólo ha aparecido en nuestro país en la costa balear, donde este año las autoridades regionales han detectado sólo medio centenar de plantas en la Cala D'Or, a pesar de que ese lugar fue invadido el año pasado por unos 1.000 metros cuadrados de esa especie.

Sin embargo, España ha constituido una comisión nacional de seguimiento y una subcomisión científica para adoptar las medidas preventivas necesarias queimpidan la propagación del alga.

Además, las autoridades francesas, italianas y españolas pusieron en marcha este año una campaña europea de información, en la que España participa aportando unos 95 millones de pesetas.

La campaña consiste en la edición de 32.000 folletos en castellano y catalán para prevenir la propagación de este alga, que es natural de Filipinas, Madagascar y el Caribe, aunque fue introducida accidentalmente en el Mediterráneo al escaparse del Instituto Oceanográfico de Mónaco