En una rueda de prensa celebrada en el Club Financiero e Madrid, el ex presidente del Atlético afirmó que los beneficios obtenidos por la venta de jugadores del Atlético de Madrid "han ido íntegros al club. Jesús Gil no se ha ha apropiado de ni una sola peseta de la venta de ningún jugador".

Además, explicó que, cuando llegó al club, desembolsó lo correspondiente al 94,5 por ciento de las acciones, que suponían un total de 1.950 millones de pesetas, mientras que otros socios suscribieron el 5,5 por ciento restante, alrededor de 112 millones de pesetas. A a vista de estos datos, Gil se preguntó: "¿cómo voy a robarme a mi mismo?".

Según dijo, cuando llegó a la entidad rojiblanca, ésta se encontraba en quiebra y los ingresos no cubrían ni el 30 por ciento del presupuesto, "el resto del dinero lo tenía que poner yo".

Gil explicó que, ahora, el Atlético de Madrid "es una sociedad saneada, sin deudas y lo único que me preocupa es que alguien esté preocupado porque el club desaparezca o baje a Segunda División B. Es una situación grave".

Con estas anifestaciones, Gil quiso desmentir las acusaciones del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, de que ni el presidente del club ni Enrique Cerezo, directivo rojiblanco, desembolsaron cantidad alguna para adquirir la entidad rojiblanca.

Además, Gil aseguró que él pagó sus acciones a 8.300 pesetas cada una y actualmente, se pagan al triple (alrededor de 24.000 pesetas), por lo que calificó de "buena gestión" la realizada durante sus años como presidente.

Tras convertirse el club en ociedad anónima, "fue cuando empezó todo el rosario de acusaciones", dijo Gil, quien insistió en que "cumplimos todos los requisitos necesarios, como otros clubes".

El ex presidente del Atlético de Madrid indicó que "el 99 ha sido el peor año para mí y el 2000 también parece que va a empezar bien". Jesús Gil y Gil deberá comparecer ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón el próximo día 10 de enero para hacer frente a las acusaciones que pesan sobre él.