Los parlamentarios de la Cámara Baja en Berlín, según informó el diario "Frankfurter Rundschau", están discutiendo cómo eliminar la práctca del castigo físico, que sigue siendo muy común en los centros educativos del país.

Datos oficiales indican que alrededor de un 75% de los educadores y docentes germanos han sido víctimas alguna vez de este tipo de disciplina escolar. Algunos recurren a ella "porque se les escapa la mano", mientras otros se declaran defensores de este tipo de escarmiento.

El proyecto de ley contra "todo tipo de violencia" ejercida sobre los niños ha sido impulsado por la actual ministra de Asuntos Jurídicos, Heta Dubler-Gmelin (SPD), que cree que su borrador va más dirigido a los que aplican el castigo físico "por convencimiento".

Ella misma, como madre, asegura que el fenómeno es bien conocido en Alemania y que entre los argumentos de los que pegan están frases como "estaba furioso y luego ya no sé qué paso después" o "una bofetada no ha matado a nadie todavía".