Así se desprende del informe 'Jóvenes preparados para emanciparse: compromiso y acción +18', presentado este viernes por la organización de infancia, según el cual “la preparación previa a la salida del sistema y el apoyo y acompañamiento posterior marcan la diferencia para estos jóvenes entre una vida de dificultades y una vida digna e independiente”.

El trabajo se ha dado a conocer en el marco de una jornada donde se han difundidos conclusiones y recomendaciones extraídas del proyecto 'Preparados para emanciparse', a través del cual la organización ha formado a profesionales y empoderado a jóvenes para mejorar la salida del sistema de protección.

Durante los últimos cinco años, Aldeas Infantiles SOS ha trabajado a través de ese proyecto con el fin de garantizar a los jóvenes tutelados una transición gradual a la edad adulta en la que los profesionales que los acompañan tengan la mejor capacitación posible y cuenten con las herramientas necesarias para garantizarles el éxito de su proceso de emancipación e integración en la sociedad.

La organización se ha servido para ello de la participación de los jóvenes que han vivido la salida del sistema y han podido, por tanto, aportar su experiencia para mejorar la de todos aquellos que llegan detrás.

CAPACITACIÓN

En total, Aldeas Infantiles SOS ha formado a través de este proyecto a más de 1.200 profesionales y ha capacitado a casi 450 jóvenes de entre 16 y 27 años, 79 de los cuales han participado como coformadores. El 90% de los profesionales capacitados considera que las formaciones han tenido una incidencia positiva en su trabajo, impactando de forma directa en la vida de los jóvenes que crecen en el sistema de protección.

El informe presentado este viernes recoge los resultados y aprendizajes del proyecto y llama la atención sobre temas clave como la necesidad de incorporar un enfoque de derechos e integral en el marco normativo, la ausencia de estándares técnicos comunes en la planificación de la salida del sistema y los apoyos posteriores, la importancia de que los profesionales estén adecuadamente capacitados para apoyar a los jóvenes en esta transición y las necesidades de estos últimos, que van más allá de las puramente económicas, precisando información y orientación, acceso a servicios sociales y a educación, así como ayuda para acceder al mercado laboral y acompañamiento. El documento destaca, asimismo, la inexistencia de datos estadísticos sobre el proceso que permitan diseñar políticas públicas basadas en evidencias.