En una breve comparecencia tras una primera visita al liberdo y su familia en su vivienda del monte Jaizkibel, de Fuenterrabía, Altuna dijo que el empresario se encuentra "en buen estado de salud tanto física como mental", a pesar de estar muy cansado y todavía bajo los efectos de la droga que le habían aplicado sus secuestradores.

Según el relato de Altuna, Aldaya fue informado sobre la pasada medianoche de que iba a ser liberado, después de que le administraron una inyección que le mantuvo inconsciente hasta que despertó en un pequeño bosque del alto de Azkrate, situado entre las localidades guipuzcoanas de Elgoibar y Azpeitia.

Tras esperar alrededor de una hora y siguiendo siempre las indicaciones que le habían dado sus secuestradores, Aldaya se dirigió hacia una luz que se veía a lo lejos y que resultó ser un hotel restaurante, desde donde avisó a su familia.

Altuna describió los primeros momentos del encuentro entre Aldaya y su familia como de "gran emoción y alegría". Hasta ahora, sólo han tratado temas familiares, entre otras cosas para informrle de su nueva condición de abuelo, aunque también le han comentado el apoyo y la movilización social que ha tenido su secuestro.

A lo largo de hoy, la Policía Autónoma Vasca vigila los accesos a la vivienda de la familia Aldaya. Los trabajadores de Alditrans han convocado a los medios de comunicación hoy a las 6 de la tarde en su empresa de Oyarzun.