Los dos grupos parlamentarios presentaron ayer en la Cámara Baja enmiendas a esta proposición, en las que piden que a los topónimos catalanes se añada la denominación en castellano de los mismos.

El alcalde de Gerona expresó su sorpresa y malesar ante la decisión de su partido y se mostró a favor de romper la disciplina. A su juicio, el único topónimo oficial debe ser el catalán.

El pleno del Ayuntamiento de Gerona aprobó también ayer una moción de urgencia en la que se afirma que la denominación oficial de la ciudad es Girona.

La misma tesis fue defendida por Antoni Ciurana en relación a la denominación de Lleida, si bien precisó que encuentra lógico que una persona no catalana se refiera a la provincia con el nombre de Lérida.

Aimismo, recordó que el Ayuntamiento ya decidió catalanizar el nombre de la capital de la provincia en 1979, cuando él accedió a la alcaldía.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, expresó su indignación al conocer la posición del PP y del PSOE, mientras que Convergencia i Unió apuntó la posibilidad de convocar movilizaciones de protesta.

El origen de esta polémica se remonta al pasado 10 de setiembre, cuando los grupos parlamentarios del Congreso aceptaron por unanimidad debair la proposición no de ley presentada por Minoría Catalana para cambiar los topónimos de Lérida y Gerona.

Diputados catalanes del PP y el PSOE expresaron ayer su preocupación en el Congreso, por entender que les será difícil defender esta propuesta en sus circunscripciones electorales.