El fuego, que pudo ser provocado por un brasero de cisco, tuvo que ser apagado por los vecinos que emplearson mangueras, ya que los bombros de la capital, situada a 36 kilómetros, no acudieron a las reiteradas llamadas de socorro que se efectuaron.

Fernando Fernández de Trocóniz acusó ayer al gobernador civil, Francisco Javier Rodríguez Ruiz, de absoluta irresponsabilidad por la alarma y las acusaciones que se han realizado en relación con este suceso.

El alcalde aseguró hoy en una rueda de prensa que por parte del ayuntamiento no ha existido nunca la menor traba burocrática para la asistencia en los incendios que puedan originare en la provincia, pero recalcó que ésta es una faceta que debe cubrir la Diputación Provincial.

Fenández de Trocóniz destacó que su primera responsabilidad es velar por la ciudad de Salamanca que, con una población que ronda los 200.000 habitantes, queda totalmente desabastecida en cuanto salen los servicios de extinción a sofocar incendios en otros municipios.

El alcalde explicó también que en los sucesos de la pasada madrugada, el ayuntamiento sólo pidió la confirmación del incendio y, una vezlograda, dio la correspondiente orden para atender la decisión que adoptara el máximo responsable de protección civil.

Fernández de Trocóniz recordó que, a pesar de que el convenio con la diputación sobre protección y extinción de incendios concluyó el pasado mes de enero, el ayuntamiento de la capital ha cursado reiteradas invitaciones a la corporación provincial para alcanzar un acuerdo que permita anpliar los medios técnicos y humanos de ese servicio.

El munícipe responsabilizó políticamente ala diputación por no hacer nada para atajar esta situación y al gobernador civil como máximo responsable de Protección Civil, un servicio que, a su juicio, no dispone de la capacidad de valoración de riesgos, de estar mal dotado y mal entrenado.

Fernández de Trocóniz se mostró asimismo dispuesto a interponer una querella contra un diario local que le acusó de conducta delictiva en relación con el incendio de Las Veguillas.

El pequeño, de cuatro años de edad, fue enterrado esta misma mañana en un cto al que acudieron prácticamente la totalidad de los 300 habitantes de Las Veguillas.